Todo viaje a Sicilia es un también una aventura para el paladar. La región tiene mucho que ofrecer en términos de arte y paisaje, pero no podemos olvidar tampoco su cocina, con obras maestras desde los entrantes hasta los postres.
La repostería siciliana se encuentra entre las mejores del mundo y su protagonista indiscutible es la ricotta, que se elabora y se usa con maestría en las recetas más famosas. Es el ingrediente principal de la cassata siciliana y del cannolo, dulces que encontramos por toda la isla pero que en Catania sacan su lado más sabroso.
La ricotta se usa también en la raviola y en el Iris, protagonistas de los desayunos más copiosos. Pero no podemos hablar de los desayunos en Catania sin mencionar la granita. Cada ciudad siciliana la prepara a su manera, pero es difícil encontrar una auténtica granita siciliana en otros puntos de Italia.
La granita en Catania se toma generalmente para desayunar, acompañada de nata montada y un brioche típico con «tupé». Se consume, obviamente, sobre todo en verano, pero en los mejores bares, sicilianos y turistas por igual pueden saborearla todo el año.
Otro dulce típico siciliano son las pastas de almendra, sencillas pero deliciosas. No podemos olvidarnos tampoco de la pasta reale, que se emplea en toda la repostería siciliana en general, por ejemplo, par a preparar frutta Martorana, riquísima y un placer también para la vista.
Helado artesanal en Catania
El helado artesanal en Catania es casi una religión. Las heladerías y los bares ofrecen helados riquísimos y con raciones abundantes, que colman los paladares de los locales y a menudo dan una grata sorpresa a los turistas.
Además de los helados en cucurucho o tarrina, con o sin nata montada, os recomendamos probar también el helado en un brioche típico, mejor si está aún caliente.
La tarta Savoia
Aparte de las pastas, los helados y los dulces típicos, la extensa oferta repostera de Catania incluye también deliciosas tartas, entre las que reina la tarta Savoia.
Se trata de una tarta elaborada con capas de bizcocho y crema de chocolate y avellanas, todo ello cubierto con un baño de chocolate glaseado. La tradición cuenta que este dulce lo prepararon las monjas benedictinas de Catania para celebrar la anexión de Sicilia al Reino de Italia, en honor a la dinastía Saboya.
Hay muchos otros dulces dignos de mención, como las olivette di Sant’Agata, el turrón, los Nzuddi y muchos otros manjares que por sí solos ya merecen una visita a la ciudad.