«Una joya en los Dolomitas, tranquila, con todo lo necesario para pasar unas vacaciones maravillosas, tanto en invierno como en verano».
O: «El lugar está completamente inmerso en la naturaleza. Es difícil creer que todavía existan lugares así. Es como estar en un cuento de hadas. Fantástico». Pero además: «la gente del lugar es fantástica, aquí se vive bien, se esquía bien y se come bien».
Si la mejor publicidad es la opinión de los que han estado allí, basta con ojear las reseñas en la web para darse cuenta de que Arabba no es (solo) un agradable destino turístico, sino un verdadero rincón del paraíso en la tierra.
Estamos en Italia, en los Dolomitas de Belluno, más concretamente en el Valle di Fodom, uno de los cinco valles que componen el enclave de Ladinia, solo a dos horas en coche de Venecia.
Arabba se encuentra a los pies del macizo del Sella, uno de los iconos más famosos de los Dolomitas, patrimonio de la UNESCO, a 1.602 metros de altitud, enclavado como una perla entre los puertos de Pordoi y Campolongo. Y, enfrente, la montaña «reina» de los Dolomitas: la Marmolada, que es el punto más alto con 3.343 metros de altura.
En este escenario único y evocador, Arabba es un lugar ideal para redescubrir una dimensión a escala humana en todas las estaciones: aire puro, naturaleza sin contaminar, cero estrés y un sinfín de actividades al aire libre.
Invierno: un lugar para esquiar único
En invierno, Arabba goza de una posición privilegiada, ya que está ubicado en medio de una red casi infinita de pistas: de hecho, forma parte de uno de los mayores lugares para esquiar del mundo, el Dolomiti Superski, y, con su zona de esquí Arabba-Marmolada, ofrece a los amantes de la nieve más de 60 kilómetros de pistas nevadas y preparadas, conectadas estratégicamente por 26 modernos remontes, a los que se puede llegar a pie desde todos los rincones del pueblo.
Arabba es un punto de partida clave para el Sellaronda ski tour y la excursión de esquí Gran Guerra. Además, podrás disfrutar de todas las actividades que ofrece la nieve: tanto de las más adrenalínicas, como el esquí de montaña o el esquí con fuertes pendientes, acompañado por un guía alpino local; como de las más tranquilas, como las raquetas de nieve o el senderismo invernal por las rutas señalizadas.
Verano: a pie o en bicicleta, entre naturaleza y cultura
En verano, Arabba es el punto de partida perfecto para sumergirse en el corazón de los Dolomitas, con caminatas y excursiones regeneradoras en medio de la naturaleza y el silencio, entre cumbres irregulares y paredes majestuosas, donde, además, están señalizados innumerables itinerarios en altitud y zonas de escalada.
Para los amantes del ciclismo Arabba ofrece las grandes ascensiones del Giro de Italia (Pordoi, Sella, Gardena, Campolongo, Giau, Fedaia, Falzarego), además de la posibilidad de realizar numerosos senderos y recorridos Mbt, que disponen de remontes mecánicos.
Quienes prefieran unas vacaciones dedicadas a la cultura y la historia pueden (re)descubrir las tradiciones, costumbres y usos ladinos en el Museo Ladino, o visitar el Castillo de Andraz, una fortificación que data del siglo XI. Toda la zona fue escenario de batallas durante la Primera Guerra Mundial: desde el Monte Col di Lana hasta el Memorial Militar de Pian di Salesei, pasando por el Osario del Paso de Pordoi, donde también se encuentra el Museo de la Gran Guerra.
Hospitalidad: mil soluciones diferentes
Y para culminar una jornada de naturaleza y deporte, la hospitalidad ladina ofrece 3.000 camas y 200 establecimientos entre hoteles, restaurantes y alojamientos: desde hoteles wellness hasta b&b’s de estilo típicamente alpino, pasando por residencias, pisos, casas rurales y alquiler de habitaciones. Tampoco hay que perderse los refugios de montaña y los restaurantes típicos que abundan en las calles del pueblo y del valle, donde uno puede dejarse tentar por el aroma de los dulces y especialidades caseras italianas de montaña.
Para más información, visita la página web www.arabba.it
