¿Puede haber algo más romántico que perderse por Venecia? La ciudad más mágica del planeta es un embrollo de calles tranquilas, cada una con su historia y un tesoro para descubrir. El mejor modo de transporte son tus piernas, así que equípate con zapatos cómodos y deja que tu instinto te conduzca por sus calles y plazas, por encima de sus puentes y adentro de sus impresionantes iglesias. Admirar la vista de la laguna al anochecer es también una experiencia inolvidable. Los meses de verano son ideales para visitar la ciudad: para una pausa refrescante, siempre habrá la glamorosa playa del Lido, una de las más bonitas de Italia.