En una isla tan grande y conocida como Creta, con una historia tan rica, sus impresionantes playas y sus sabores locales, visitar Heraclión es la mejor manera de adentrarse en la historia y la belleza del lugar.
Empieza tu paseo en el puerto, recorre la carretera que conecta el mar con el centro y el casco antiguo, déjate llevar por los callejones, visita los museos de la ciudad, busca un sitio donde sentarte y deléitate con un trago de raki en una de las cientos de tiendas que lo tienen, prueba la cocina del lugar y disfruta del atardecer desde una playa de ensueño.
El caso antiguo
El centro histórico, con la Plaza de la Libertad, la logia veneciana, la iglesia de San Titus, la Plaza de los Leones y sus animadas aceras, reúne lugares imprescindibles que te harán viajar en el tiempo.
La fortaleza veneciana de Koules
El castillo del puerto, que también se conoce como Castello del Molo o Rocca al Mare, es probablemente el monumento más conocido de la ciudad. Lo construyeron los venecianos y los otomanos lo usaron principalmente como prisión. Si vas un poco más allá de la calle 25 de agosto, podrás ver los restos de la «Neoria» veneciana, el astillero que usaba la marina de Venecia para reparar sus barcos.
Museo Arqueológico de Heraclión
Entre los muros de uno de los museos más importantes del país se esconden más de 5000 años de historia, algo que hace del museo arqueológico un motivo suficiente para visitar la ciudad. No te pierdas el disco de Festo y los maravillosos frescos, entre los que se incluye el famoso fresco de la taurocatapsia.
Palacio de Cnosos
A tan solo cinco kilómetros de la ciudad se encuentra el que probablemente sea el motivo principal por el que visitar Heraclión: el palacio de Cnosos, que vivió su época dorada con la civilización minoica (2000-1350 a. C.). Durante aquel periodo se convirtió en el centro económico, cultural y religioso más importante de toda Creta. Es uno de los yacimientos arqueológicos más conocidos e importantes, con sus exquisitos frescos y la Sala del Trono como las joyas de la corona.
El palacio de Festos
El palacio de Festos, otro palacio minoico importante, está a unos 55 kilómetros a las afueras de la ciudad de Heraclión. Es el segundo palacio más grande (aprox. 18 000 m2) después del palacio de Cnosos y se encuentra en una colina al oeste del valle más grande y frondoso de la llanura de Mesará.
Mesará
La llanura de Mesará, que se extiende por un área de 300 000 acres, se encuentra en la región de Heraclión. Los visitantes que quieran descubrir la zona todavía encontrarán las «prensas de aceite» de la civilización minoica: una prueba que demuestra la larga historia cretense en la producción de aceite de oliva y la importancia del olivo para la isla. Esta zona todavía conserva muchos olivos perennes de los periodos venecianos y minoicos, así como algunos de los olivos más añejos de Grecia. Es el lugar ideal para probar un poco de auténtico aceite de oliva virgen extra.
El pueblo de Arjanes
Un poco más alejado de la ciudad se encuentra uno de los asentamientos tradicionales más bonitos y coloridos de Grecia. Recorre sus calles adoquinadas rodeado de paredes de colores, siéntate en una cafetería tradicional y prueba la tarta de verduras y el kserotigana, un dulce típico del lugar.