Principal punto de acceso al departamento francés de Alta Córcega, la dinámica Bastia es una ciudad donde se respira un ambiente auténtico. Los museos y los locales de moda conviven con espléndidos edificios históricos, modernas tiendas de artesanía local se alternan con antiguos cafés y los pintorescos mercados y los elegantes restaurantes invitan a probar la cocina local.
Observe el vaivén de los barcos de pesca y la vida cotidiana del Puerto Viejo; pasee por las callejuelas de los dos barrios históricos de Terra Vecchia y Terra Nova, y por la ciudadela, asentada entre muros en la cima de la colina; admire los edificios históricos con sus colores brillantes y las iglesias de gran antigüedad; y refrésquese a la sombra de un árbol en el Jardín Romieu. Pero sobre todo, tómese su tiempo para disfrutar de la belleza atemporal de Bastia: el lugar ideal para hacerlo es la Plaza de San Nicolás, que data del siglo XIX, punto de encuentro de locales y turistas donde encontrará una infinidad de tiendas, bares y restaurantes.
Si bien el encanto de la ciudad reside en su historia y su cultura, los alrededores de Bastia son un espectáculo natural que merece la pena visitar. Una excursión a lo largo de las costas de la península de Cap Corse ofrece unas vistas impresionantes; la impoluta costa alberga, entre otras, una de las playas más paradisíacas de la isla: Saleccia, considerada una de las más bellas del mundo. La reserva natural del estanque de Biguglia es, por otro lado, el destino ideal para quien quiera observar la fauna y la flora locales en el humedal más extenso de Córcega.
Y, antes de abandonar Bastia, no deje de degustar sus productos gastronómicos típicos: embutidos ahumados de montaña, deliciosa fruta y verdura biológicas, sabrosos quesos… ¡Un patrimonio enogastronómico para chuparse los dedos!