Para los Romanos, Brindisi marcaba el final de la Vía Apia; hoy en día es una ciudad portuaria con un magnífico casco antiguo. La arbolada Vía Romana es donde se ubican las mejores tiendas, y los callejones estrechos del centro histórico son un paraíso para los exploradores. En verano, los súper-ricos llegan a la ciudad y amarran sus mega-yates en el puerto. ¡Diviértete intentando adivinar de quién es cada uno de ellos! No te pierdas el marisco fresco, ni el fritto misto (fritura de pulpo, calamar y gambas), una de las especialidades de Brindisi. Si te queda tiempo, intenta ir más al sur y explorar el campo y la costa, especialmente la ciudad de Lecce.