Muchos fines de semana, los habitantes de Olbia conducen 8 km al sur de la ciudad hasta que llegan a Murta Maria por la carretera de la costa, giran a la izquierda y aparcan en Porto Istana, una playa paradisíaca cuya orilla varía desde contornos rocosos hasta extensiones de arena finísima y aguas translúcidas cuyo color fluctúa del esmeralda al azul turquesa y el azul intenso.
No, no estás en el paraíso. Aunque lo único que te hará ser consciente de esto será el hecho de que no haya ninguna palmera a tu alrededor. Eso sí: bañarte en esta playa cuando no hay mucha gente es casi una experiencia mística. Tus amigos creerán que tus fotos son un montaje de Photoshop.