Te invitamos a descubrir la ciudad de Génova a través de sus mejores artistas y sus canciones más famosas. ¿Estás listo para un paseo musical? ¡Ponte los auriculares y déjate guiar!
«Nei quartieri dove il sole del buon Dio non dà i suoi raggi / ha già troppi impegni per scaldar la gente d’altri paraggi / Una bimba canta la canzone antica della donnaccia / quel che ancor non sai, tu lo imparerai solo qui fra le mie braccia» (En los barrios donde el sol del buen Dios no llega con sus rayos / ya existen demasiados menesteres para calentar a la gente de otros vecindarios / Una niña canta la vieja canción del oficio más antiguo del mundo / aquello que aún no sabes, lo aprenderás solo aquí entre mis brazos). Para ser sinceros, la Génova de la «Città vecchia» de Fabrizio De Andrè no existe desde hace mucho tiempo. El mundo ha cambiado y, con él, las escenas que pueden vivirse en el casco antiguo de la ciudad.
Génova ha sido una increíble fábrica de talentos literarios y musicales del «Novecento» italiano, encumbrando a la historia del espectáculo nombres como Gino Paoli, el propio Fabrizio De Andrè, pero también Luigi Tenco, Bruno Lauzi, Umberto Bindi o Sergio Endrigo, por mencionar solo algunos. Una época del color del carbón y del oro que ha horadado una ciudad puramente industrial, concentrada sobre el puerto, donde encontraban trabajo decenas de miles de personas. Y otros miles más abarrotaban las plantas siderúrgicas y los astilleros del oeste de la ciudad. Paradójicamente, en medio de esta gigantesca industria pesada, surgieron algunos de los protagonistas más importantes de la escena musical italiana.
Si dejamos a un lado su procedencia, son muchos los músicos que se han visto influenciados por la Linterna de Génova y que han crecido artísticamente a su sombra. Desde Ivano Fossati, Paolo Conte o el cuarteto Ricchi e Poveri, pasando por el grupo Matia Bazar, hasta llegar a los New Trolls de Vittorio De Scalzi y a Francesco Baccini.
Esta ciudad, una franja estrecha entre las imponentes fábricas del oeste y la vida opulenta de la jet set del este de la Ribera italiana, entre Santa Margarita y Portofino, verá nacer canciones como «Il cielo in una stanza», «Io che amo solo te», «Ciao amore, ciao» y discos memorables como «La buona novella» o «Storia di un impiegato». ¿Cómo se podría volver a vivir aquella atmósfera mágica en una ciudad que ha cambiado tanto en la superficie?
He aquí nuestra propuesta para un paseo muy particular por la ciudad de Génova. ¿Acabáis de aterrizar en el Aeropuerto Cristóbal Colón? Pues bien, ahora, poned rumbo hacia el centro de la ciudad. Durante el propio recorrido, pasaréis de contemplar unas vistas puramente portuarias a otra dimensión completamente diferente y, en pocos minutos, habréis llegado al corazón de Génova. ¿Listos para empezar? Tan solo necesitáis unos auriculares y estaréis preparados para partir.
CREUZA DE MÄ – Fabrizio De Andrè
Una vez que hayáis bajado a la zona de Sottoripa, poneos los auriculares en los oídos y comenzad a caminar por los soportales. «Crëuza de ma» es la única canción que realmente puede introducirte en los recovecos de las callejuelas de Génova. Y paciencia si no entendéis ni papa… ¡el genovés es un dialecto peliagudo! Sin embargo, confiad en nosotros… Las estrofas de Fabrizio De Andrè os acompañarán a través de pequeñas calles que han sobrevivido a siglos de historia, guerras, reconstrucciones y poesía. Incluso si todavía no es la hora del almuerzo, os aconsejamos que os dejéis embaucar por el espíritu de la canción y que os detengáis en la Antica Friggitoria Carega. La sencillez de este establecimiento y la fritura de mar «como antes» constituyen más el 50 % de su buena reputación. Además del hecho de que se tratase de uno de los lugares favoritos del propio cantautor.
¿Listos para continuar? Ahora, volvemos a subir hacia el Campo, otra canción histórica de Fabrizio alias «Faber», el apelativo cariñoso con el que todavía se le conoce por toda la ciudad, veinte años después de su desaparición. Aquí, encontraréis el museo dedicado al propio cantautor y a la «Escuela Genovesa», en la dirección Via del Campo 29 Rosso, en un espacio que antiguamente ocupaba el negocio de instrumentos musicales de Gianni Tassio, comerciante y conocido de muchos de estos artistas. Si los productos fritos de Sottoripa os han abierto el apetito, cambiad de canción. Es hora de escuchar «A Çimma», un tema dedicado a uno de los platos más típicos de la cocina genovesa: la «Cima» (carne rellena), ¡evidentemente!
Las palabras con las que da comienzo la canción os arrastrarán hasta la zona del «Ghetto», una maraña de calles poco frecuentadas por el turismo clásico. Sin embargo, que no os pille desprevenidos… Génova es capaz de regalaros una espaciosa plaza a la vuelta de la esquina de una callejuela tenebrosa. Aquí, podréis encontrar un delicioso restaurante que logra entrelazar la complejidad del barrio con la contemporaneidad de sus platos: La Locanda degli Adorno. Para hacer la digestión, nada mejor que un largo paseo.
Genova Blues – Francesco Baccini & Fabrizio De Andrè
Abandonad el casco antiguo por la parte totalmente rejuvenecida del Puerto Antiguo, cerca del Acuario de Génova. Reanudamos nuestra visita musical con «Genova Blues», de Francesco Baccini y Fabrizio De Andrè. Una balada de blues que habla de una ciudad más moderna (nos situamos a comienzos de los años noventa) y que os transportará casi sin daros cuenta al Museo del Genoa (Museo de la Historia de Génova), en la Palazzina San Giobatta. Los aficionados de la Sampdoria, el otro equipo de la ciudad, no estarán muy de acuerdo si decimos que aquí podréis hacer un viaje a medio camino entre el deporte y la historia de la ciudad.
Llegados a este punto, pongamos rumbo al centro de la ciudad, hacia la parte oriental de la ribera. Cuando lleguéis a la zona de Boccadasse, encontraréis canciones muy conocidas que servirán de gran banda sonora. ¿Conocéis «La gatta» de Gino Paoli? Pues su autor la compuso aquí mismo, en este barrio marinero bañado por las olas del mar. Un lugar mágico… un rincón de fantasía dentro de la ciudad. Aquí, Gino Paoli, que creció en el barrio de Pegli, vivió durante un tiempo. En la Strambata, os esperan unos buenos vasos de vino para un aperitivo musical perfecto, a unos metros del agua.
Sin embargo, Boccadasse no se reduce simplemente a las vistas de las casas asomadas al golfo, sino que asciende por unos senderos empedrados estrechos, conocidos como crêuze, hasta llegar al cabo de Santa Clara. Mientras volvemos a bajar hacia el mar, será el momento ideal para escuchar a otro artista. Ahora, apostamos por un estilo musical diferente, el del rock progresivo de los años setenta. De hecho, en Sturla, se encontraba el restaurante del padre de Vittorio De Scalzi, fundador del grupo New Trolls. Apoyaos en las vallas de Vernazzola y dadle al «Play» en «Quella carezza della sera».
Empieza a hacerse de noche y llega el momento de las dos últimas paradas. Mientras recorréis la larga carretera marítima que atraviesa los barrios de Sturla, Quarto dei Mille y Quinto, no podría haber mejor banda sonora que «Stasera… che sera!» del grupo pop Matia Bazar. Si tenéis hambre, os recomendamos Zio Reginaldo, situado un poco antes de llegar al espléndido Nervi. De lo contrario, para terminar el día, continuad unos pocos cientos de metros hasta alcanzar el barrio más chic de la ciudad: Nervi, por supuesto, donde vivía Luigi Tenco.
Con este itinerario, habréis recorrido un largo sendero musical a la espera de la inauguración, en los próximos meses, del Museo de los Cantautores. Y podréis despediros de la ciudad con las estrofas de Paolo Conte: « Con quella faccia un po’ così / Quell’espressione un po’così / Che abbiamo noi / Che abbiamo visto Genova » (Con esa cara un poco así / Esa expresión un poco así / La que tenemos nosotros / Quienes hemos visto Génova).
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