La mina de Porto Flavia, en el promontorio que domina Masua, en el territorio de Iglesias al suroeste de Cerdeña, fue construida entre 1922 y 1924 para poder embarcar directamente los minerales, extraídos de las galerías del promontorio y destinados a las fundiciones del norte de Europa. Esta obra redujo de forma significativa el tiempo y el coste del transporte de los minerales.
El director Cesare Vecelli se encargó de diseñar esta obra maestra de la ingeniería. Dio al «puerto» el nombre de su hija, Flavia, que sobresale en la torreta de estilo medieval a la entrada del túnel.
La playita de Porto Flavia, con un pinar verde a su alrededor, se encuentra junto a los restos de la estructura minera. Desde aquí, el panorama te embelesará con el azul profundo del mar y retendrá tu mirada el blanco inmaculado de los poderosos farallones de Pan di Zucchero.
Pan di Zucchero es uno de los monumentos naturales más imponentes y espectaculares de la isla, símbolo de la costa de Iglesias. Su nombre proviene de la similitud con el famoso Pão de Açúcar de la bahía de Rio de Janeiro. Se puede alcanzar fácilmente en lancha o en barca desde la magnífica ensenada de Masua, una aldea costera de la subregión de Iglesiente a dos kilómetros y medio de distancia. Los aficionados a la escalada, con el equipo y el soporte de guías especializados, pueden escalar sus 133 metros: es el farallón más alto del Mediterráneo. Pan di Zucchero tiene una forma maciza y redondeada. Los fenómenos kársticos han perforado su superficie (unas cuatro hectáreas) en escalones planos, generando dos cuevas en forma de galería.